AMI EL NIÑO DE LAS ESTRELLAS, RESUMEN DEL CAPÍTULO PRIMERO | El Rincón del Cuentista

lunes, 27 de febrero de 2012

AMI EL NIÑO DE LAS ESTRELLAS, RESUMEN DEL CAPÍTULO PRIMERO


PRIMER ENCUENTRO



La historia comienza en un balneario al cual Pedrito y su abuelita suelen ir de vacoaciones casi todos los años. Eran los primeros días de marzo.

Una tarde, estando Pedrito en la playa, vio una luz roja que venía desde el cielo y pensó que era una bengala o un cohete, pero en realidad parecía una avioneta o algo mayor que cayó al mar. 

Aunque el muchacho creyó ser testigo de un desastre aéreo, después de un rato, vio salir de las aguas
al piloto que, en realidad, era un niño de traje blanco, de apariencia reluciente, simpática, de acento poco familiar, pero amigable. Al ver esta situación Pedrito creía que se trataba de un personaje importante y no de un simple niño, como él lo era.

Entonces el supuesto piloto del avión le preguntó por su edad y Pedrito contestó que tenía diez años. Luego, después de hacer varios cálculos con un aparato que sacó de sus haberes, murmuró que no le creería su edad. Pedrito, en cambio, cayó en la cuenta de que el niño con quien trataba era un extraterrestre. Así que se limitó a preguntar si él era malo, como se decía en las películas. Pero él contestó que tal vez él, es decir Pedrito, puede que sea más malito que él por el hecho de ser terrícola.

Aunque al principio le dio temor de que el niño fuera un extraterrestre, Pedrito, despues de enterarse que mas allá hay vida y muchas personas buenas -como afirmaba su amigo-; además después de detectar que se trataba de un amigo amistoso e inofensivo, se tranquilizo y siguió hablando.

Posteriormente, tras haber escuchado los argumentos de su extraño amigo, a Pedrito le quedo la duda del por qué los terrícolas eran malos. De modo que preguntó a su amigo, quien, de forma convincente, declaró algunas cosas razonables. Entre ellos, el extraterrestre concluyó que los terrícolas eran, en realidad, menos buenos que los habitantes de otros mundos.

Tras escuchar la afirmación, el chico se dio cuenta de que el niño -su extraño amigo- tenía la capacidad de leer su mente. Y, comprobando esta situación concluyó que, con quien estaba tratando, era en realidad un extraterrestre. Así decidió no dudar de él en adelante.
Comentario


En éste capítulo, el autor, Enrrique Barrios, expresa de forma sutil su reverencia frente al Universo, sus maravillas, los misterios que incluye, su basta complejidad oculta a la mente común pero siempre desvelada para las inteligencias más sutiles, es decir, para las mentes abiertas de un ser humano cósmico y místico.





Ohslho

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